05

Dic

2025

ENTREVISTA

Dr. Javier Cabanyes “La inclusión es comprensión y ayuda, no sustitución”

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El doctor Cabanyes, especialista en neurodesarrollo, explica las diferencias entre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), trastornos del espectro autista (TEA) y dificultades de aprendizaje, además de la importancia del diagnóstico temprano.

Por Dirección de Comunicación. 05 diciembre, 2025.

En su visita a la Universidad de Piura, el doctor Javier Cabanyes, médico especialista en Neurología por la Universidad Autónoma de Madrid, comenta en esta entrevista sobre un desafío fundamental en el desarrollo infantil: identificar a tiempo las señales que diferencian el TDAH del autismo o los trastornos del lenguaje. Más allá del diagnóstico, advierte sobre consecuencias de la intervención tardía y de confundir la inclusión con la sobreprotección, y comparte claves para que los padres puedan transformar un diagnóstico difícil en una oportunidad para construir resiliencia.

Dr. Cabanyes, ¿cuáles son los signos que diferencian el TDAH del TEA y los trastornos del lenguaje?

El TDAH se caracteriza por un bajo control de la atención, del movimiento y de las reacciones. El niño se distrae con facilidad, no puede quedarse quieto, interrumpe y da respuestas impulsivas. El TEA tiene un perfil diferente: problemas en la comunicación, dificultades para relacionarse e intereses muy restrictivos y repetitivos. Los trastornos del lenguaje son más directos: un lenguaje que no se ha desarrollado de acuerdo con la edad del niño, ya sea en la expresión o en la comprensión.

¿Y las dificultades de aprendizaje?

Es un término más amplio. Pueden tener causas socioculturales, psicológicas o estar relacionadas con déficits específicos. A veces es un problema de atención que interfiere; otras, una capacidad intelectual por debajo de la media. Lo importante es identificar la causa real para poder intervenir adecuadamente.

¿Qué tan importante es el diagnóstico multidisciplinario?

Es esencial, aunque en la práctica no siempre es fácil porque requiere psicólogos, pedagogos, logopedas, trabajadores sociales, neurólogos y psiquiatras. Muchos casos pueden ser manejados por un profesional con experiencia, pero cuando el problema es complejo, o no se logra lo esperado, es indispensable que lo vean otros especialistas.

¿Qué consecuencias tiene la intervención tardía?

No es lo mismo abordar algo desde que empieza a hacerlo años después. La persona no solo sufre el presente, sino en toda la trayectoria, donde le han costado las cosas. Si lleva tiempo notando dificultades y comprobando que no las hace igual que otros, inevitablemente se desmotiva, su autoestima baja o decide abandonar. Llegar a tiempo beneficia muchísimo a quien recibe esa ayuda oportuna.

¿Cómo lograr una verdadera inclusión educativa?

La inclusión es no excluir: entender a la persona con problemas y ayudarla; pero, ayudar no es sustituir. Si yo hago por ti lo que no eres capaz de hacer, no estamos incluyendo nada. La inclusión es aceptarte como eres y darte las ayudas que necesitas y, a veces, también implica recomendar alternativas distintas. No todos podemos hacer todo, pero nos apoyamos unos en otros para que cada uno trabaje en los ámbitos donde tiene más recursos.

¿Cómo evitar la sobreprotección familiar?

No dejándose llevar solo por la premisa de que el hijo no sufra. El sufrimiento forma parte de la naturaleza humana y muchas veces es el camino para lograr cosas. El amor no es sobreprotección; muchas veces es dejar que esa persona aprenda. Facilitar que aprenda no está exento de cierto sufrimiento. Todos aprendimos a caminar cayéndonos y llorando. Si nunca te caes porque te sujetan demasiado, no aprendes a caminar.

¿Qué mensaje clave deben recibir los padres ante un diagnóstico?

Lo primero es saber transmitirlo bien: decir la verdad, pero la verdad tolerable que esa persona pueda entender en ese momento. Los padres pasan por varias fases: primero la aceptación, que puede costar porque no se lo esperaban. Luego deben ser capaces de construir sobre eso, de trabajar con el diagnóstico. Cuando las personas enfrentan situaciones difíciles y logran sacarles partido, eso es resiliencia.

¿La resiliencia se puede desarrollar?

Sí, es algo que se puede trabajar y fomentar. No todo el mundo tiene la misma resiliencia, pero a veces necesitan ayuda para desarrollar esa capacidad de afrontar positivamente un hecho negativo. Es la manera de manejar situaciones dolorosas o traumáticas construyendo sobre ellas.

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